Vivir en una región con alta humedad siempre plantea desafíos particulares cuando se trata de la elección de materiales para las superficies de la cocina. No es solo cuestión de estética, sino de durabilidad, y ahí es donde entra en juego el mesón de cuarzo blanco. Con un costo promedio de instalación que puede variar entre 70 y 100 euros por metro cuadrado, la apuesta por este material parece justificarse en términos de su vida útil, que puede extenderse hasta 25 años bajo un mantenimiento adecuado.
El cuarzo, como producto de ingeniería, ofrece no solo belleza, sino también una formidable resistencia. A diferencia del mármol, el cuarzo no es poroso, lo cual significa que la acumulación de humedad y, por consecuencia, la formación de moho, es prácticamente inexistente. Esto se debe a que su composición se basa en un 90-95% de cuarzo natural combinado con resinas de alta calidad, lo que lo dota de una cohesión que pocos materiales poseen en ambientes adversos.
Un amigo arquitecto que trabaja en la costa gallega, una de las zonas más húmedas de España, instaló hace poco un mesón de cuarzo en su propia casa. Me comentó que incluso después de varios inviernos húmedos, la superficie sigue igual de brillante y libre de manchas. Empresas como Cosentino, con su línea Silestone, han marcado la pauta con productos que soportan estas condiciones exigentes, y lo hacen con garantía de hasta 25 años. Este tipo de garantías no son comunes en materiales como el granito o el mármol, donde la falta de resinas antifúngicas podría resultar en un deterioro más rápido.
Para quienes todavía se preguntan si el costo inicial más elevado del mesón de cuarzo está justificado, los números no mienten. La tasa de absorción de agua del cuarzo está por debajo del 0,5%, lo cual comparado con el 1-3% de otros minerales naturales, representa una clara ventaja en zonas húmedas. Además, la resistencia a la abrasión y las rayaduras se refleja en menos gastos de reparación y mantenimiento a lo largo del tiempo.
Por supuesto, ninguna superficie es totalmente infalible y el cuarzo no es la excepción. Un golpe con un objeto contundente podría dañarlo, pero en términos generales, su durabilidad compensa por mucho cualquier precaución adicional que puedas necesitar en su cuidado. En definitiva, si buscas una opción que combine estética y practicidad en un entorno de alta humedad, el mesón de cuarzo blanco se postula como una inversión sensata y a largo plazo.